jueves, 3 de julio de 2008

AUN QUEDA GENTE AMABLE.

Ayer tuve que ir a una reunión al hospital de Blanchardstown y, como el bus que me deja en el hospital tiene unos horarios muy reducidos, tuve que coger otro. Sé qué autobuses van hacia esa zona pero no tenía claro si el bus en cuestión paraba en Blanch pueblo, así que le pregunté al conductor:

- No, no paro en Blanchardstown.
- ¿Cerca?
- Sí, cerca sí.
- ¿Me puedes avisar cuando llegue mi parada?
- Sí

Cuando llegamos a la parada me explicó por donde tenía que ir.y me bajé .De todos modos, nada más bajarme una señora se dirigió a mi para ver a donde iba y si necesitaba ayuda. Sólo le quedó acompañarme al hospital :o). Muy amable la mujer. Llegué en un momento.

Tras la reunión (larga y con retraso) mi compañera se ofreció a acercarme en coche hasta el laboratorio. Segunda persona amable del día. El jefe le había hecho un croquis para que evitara la M50. Resultado: nos perdimos...y mucho. No estábamos perdidas en plan "no tengo ni idea de donde estamos", no, sino en plan "no tengo ni idea de cómo llegar al laboratorio desde aquí". Finalmente llegamos tardísimo al laboratorio (se agradece el viaje de todos modos) con lo que salí de allí a las 10.00 p.m.

Con esperas de bus y trayecto: casi las 11.00 p.m cuando llegué a casa. En casa me esperaba la tercera persona amable del día, con carne recién comprada que él mismo me preparo. Muy tierna y muy rica.

De ahí, casi cogiéndome con pinzas, me fui a la cama.



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