Ya os comenté que, en este país, tienen ciertos problemas con las palabras que indican rapidez. Ahora he descubierto que tienen problemas, en general, con los futuros. Me explico: el sábado fuimos a comprar un colchón, hartos como estábamos del que tenemos. Yo, harta porque me clavaba todos y cada de los muelles del viejo colchón en el único músculo que tengo en la espalda, que, además, tiene contracturas, y Rafa harto de oir mis quejas jajaja. En fin, el chico de la tienda nos dijo que no estaba en stock así que tardarían entre semana y media y dos semanas en mandárnoslo. Vale, pues a esperar toca....pero cual será nuestra sorpresa cuando a las 7.00 a.m Rafa recibe una llamada al móvil "venimos a traerle un pedido puede abrirnos las puerta?". Personalmente tenía muchas ganas de tener el colchón pero...¿era necesario sacarnos de la cama a las 7.00 de la mañana?
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